LA BATALLA DE LEPANTO
1. RESUMEN DE LA BATALLA DE LEPANTO (07.10.1571)
El Imperio Otomano llegó a dominar gran parte del Mediterráneo durante la segunda mitad del siglo XVI, por lo que España e Italia fueron los principales
países que sufrieron por la expansión y la presión de los turcos, como la conquistas de territorios españoles en el Norte de África, la ocupación de la isla de Chipre, que en ese momento formaba parte de Venecia y
el ataque a Malta entre otras muchas incursiones. El rey Felipe II fue consciente del poder que estaba adquiriendo el imperio otomano, y en respuesta, decidió reforzar su poderío naval y construyó grandes galeras en sus astilleros de Barcelona,
Mesina y Palermo. Por otra parte, el Papa Pío V, quien fue elegido en 1566, también estaba muy enterado del peligro que suponían los turcos y de ahí surgió la idea de crear una gran alianza entre los estados cristianos para
detenerlos. Para conseguirlo, España y Venecia dejaron atrás sus rivalidades y formaron, junto al Papado y a los Caballeros de Malta, la “Liga Santa”. Una vez aprobado el tratado, el papa intentó que se uniesen a él
Portugal, Francia y Austria, sin conseguirlo. Francia incluso pactó con los turcos! Durante el verano de 1571, las escuadras navales de la “Liga Santa” se fueron concentradas en el puerto de
Mesina sin que nadie, salvo don Juan de Austria quién estaba al mando de la operación, supieran su verdadero destino. Mientras los espías de Felipe II, diseminados por toda la costa enemiga, confundían a las gentes del sultán
con informaciones contradictorias.
Don Juan Austria estaba convencido de que la mejor opción era ir
al encuentro de los turcos y enfrentarse a ellos, y con tal objetivo, la armada de la Liga abandonó Mesina, avistando las naves otomanas el 7 de octubre en el golfo de Lepanto (en griego Naupacto (Ναύπακτος),
actual golfo de Patrás, en Grecia). Su fuerza era considerable: 207 galeras, 6 galeazas y 20 navíos armados, además de algunos bergantines y fragatas, totalizando 1.215 piezas de artillería; en cuanto al contingente humano, iban
embarcados alrededor de 90.000 hombres entre soldados, gente de mar y remeros. Por su parte, Alí Pachá, al mando de la flota turca, no podía albergar ninguna duda sobre su misión: el sultán (Selim II) le había ordenado
expresamente presentar batalla a los cristianos. Su flota había llegado a Lepanto el 29 de septiembre con ánimo de reforzar sus efectivos. Era superior en barcos a la de los cristianos, pues sumaba 221 galeras, 38 galeotes y 18 fustas, pero con
sólo 750 cañones; sus efectivos humanos eran algo menores - 83.000 hombres - peor armados, además, en arcabuces y mosquetes. La batalla se inició con el ataque frontal de ambas flotas desplegadas en línea e intentando Alí
Pachá intentó envolver el ala derecha cristiana, ya que el ala izquierda se extendía casi hasta la costa.
En ese intento, las dos alas comprometidas - la derecha cristiana y la izquierda turca - mantuvieron un combate particular, alejadas del resto de los contendientes y en la que los barcos de la Liga llevaron en principio la peor parte. El
fracaso del asalto frontal de los otomanos y el auxilio de la reserva cristiana a su alejada ala derecha dieron finalmente la victoria a don Juan de Austria.
La descripción de la batalla que hace el cronista de Felipe II, Luis Cabrera de Córdoba, nos evoca el caos reinante: “Jamás se vio batalla más confusa; trabadas de galeras
una por una y dos o tres, como les tocaba... El aspecto era terrible por los gritos de los turcos, por los tiros, fuego, humo; por los lamentos de los que morían. Espantosa era la confusión, el temor, la esperanza, el furor, la porfía,
tesón, coraje, rabia, furia; el lastimoso morir de los amigos, animar, herir, prender, quemar, echar al agua las cabezas, brazos, piernas, cuerpos, hombres miserables, parte sin ánima, parte que exhalaban el espíritu, parte gravemente
heridos, rematándolos con tiros los cristianos. A otros que nadando se arrimaban a las galeras para salvar la vida a costa de su libertad, y aferrando los remos, timones, cabos, con lastimosas voces pedían misericordia, de la furia de la victoria
arrebatados les cortaban las manos sin piedad, sino pocos en quien tuvo fuerza la codicia, que salvó algunos turcos”.
En unas pocas horas, la victoria de las galeras al mando de don Juan de Austria fue aplastante, muriendo en combate Alí Pachá, el gran almirante turco. Su derrota sirvió para acabar con el mito de la invencibilidad
de la armada otomana. Sólo lograron salvarse unos 30 barcos turcos. En realidad, el éxito se debió fundamentalmente a la superioridad de la flota de los coaligados cristianos en artillería, arcabuces y mosquetes.
Lepanto fue la gran victoria cristiana sobre los turcos y la noticia de este triunfo conmocionó a toda Europa. Doblaron
las campanas de todas las iglesias de la Cristiandad, en tanto que pintores y literatos cantaron esta gesta. La victoria fue atribuida a la Virgen del Rosario y el Papa Gregorio XIII instituyó la festividad a dicha virgen. En este momento y con
ese motivo, se empiezan a construir en toda España capillas bajo la advocación del Rosario.
Escribió
Miguel de Cervantes, un bisoño soldado a bordo de la galera Marquesa, que la batalla de Lepanto fue «la más alta ocasión que vieron los tiempos». En esta batalla Miguel de Cervantes sufre una herida de consideración
en la mano izquierda que le vale el sobrenombre de “el manco de Lepanto” (solo perdió la movilidad de la mano, no la extremidad).
Gran parte del mérito de la victoria cristiana se debe a un joven que con 24 años se hizo con la enorme responsabilidad de dirigir la flota de la Santa Alianza: don Juan de Austria, hijo
natural del emperador Carlos I y de una humilde mujer, llamada Bárbara Plumberger. Don Juan de Austria, murió joven, con tan solo 31 años, sus intervenciones en los campos de batallas navales y de tierra contribuyeron notablemente
a la grandeza y esplendor del Imperio Español. Fue un gran táctico en el campo de batallas y muy querido por su hermanastro el Emperador Felipe II.
2. ESPAÑA NECESITA UN NUEVO LEPANTO...
Lepanto fue una de las batallas más decisivas, al menos en cifras, de la historia: se consiguió destruir una flota turca de más de 200 galeras, causar 30.000 bajas, capturar a 8.000 prisioneros
y liberar a 12.000 esclavos cristianos. Así como alejar la amenaza de que los turcos otomanos, en confabulación con los moriscos españoles, pudieran asestar un zarpazo sobre la propia península ibérica. Porque, si bien es
cierto que Turquía logró finalmente recuperar su flota, no lo es menos que, a partir de esas fechas, Italia no volvió a sentirse amenazada por una ocupación turca y España aseguró su influencia sobre el Mediterráneo
Occidental. El sur de Europa se salvó de un avance destructivo que conocían bien Hungría, los países balcánicos y la propia Austria, mientras España pudo centrarse al fin en el Atlántico.
Calibraba pues bien el “manco de Lepanto” la importancia de la contienda, que supuso un encuentro decisivo
entre los dos grandes imperios de su tiempo: españoles contra turcos. Sin embargo, su evaluación no duraría con el paso de los tiempos...
... Efectivamente, en los años 2000, la España moderna está en vías de olvidar por completo la batalla, cuya efeméride pasó otra vez sin pena ni gloria hace pocas semanas,
entre otras cosas porque resulta poco adecuado de conmemorar este evento desde el punto de vista de la nueva clase política que gobierna el país y que defiende el multiculturalismo, pero, sobre todo, es incómodo porque representa una gran
victoria del Imperio español puesto que esta misma clase política aspira en abolir la monarquía.
Cabe
recordar que Felipe II financió la mitad de los gastos de la “Liga Santa”, aportó galeras ponentinas (de mayor tamaño que las venecianas) y dio la clave de la victoria cristiana: los experimentados arcabuceros
españoles.
Además, Lepanto no deja de ser una guerra de religión. Aquel advertido patriota
don Juan de Austria - en lugar de negociar con el Erdogan de la época (tal como lo hace su contemporáneo Pedro Sánchez) - no dudó en usar armas frente a la amenaza de una "religión de paz", como pretende ser el
islam. También es casi seguro que Pablo Iglesias (cómplice de Pedro Sánchez al gobierno actual de España), se hubiera situado a la salida del puerto para evitar, con resistencia pacífica prestada por sus acólitos,
la salida de una "antidemocrática y racista" flota.
Hoy resulta impensable que alguien quisiera
llevar la batalla de Lepanto a la gran pantalla, a pesar de lo espectacular que fue el combate: con cientos de galeras entrecruzadas luchando como si fuera un escenario terrestre. La crudeza de algunos episodios en el flanco izquierdo, donde el comandante
veneciano Barbarigo murió por un flechazo en un ojo al levantar la visera de su yelmo; y, al final del combate, un soldado, orgulloso por su hazaña, le ofreció a don Juan de Austria la cabeza del comandante turco a modo de trofeo. El hermanastro
de Felipe II rechazó la cabeza sin más.
A diferencia del Imperio español, que defendió
el cristianismo y luchó contra el Imperio Otomano musulmán, la España contemporánea se convirtió en un aliado de Turquía (sucesor del Imperio Otomano) y le proporciona armamentos, sabiendo que estos son destinados
contra países cristianos como Grecia, Armenia, Georgia... Cabe destacar el buque de asalto anfibio “Anadolu” que comenzó a fabricar en abril de 2016 en los astilleros de Sedef (Estambul, Turquía) un consorcio-turco español
del que forma parte “Navantia”[1] y que supuestamente estará estará concluido y entregado para entrar en servicio de la armada de guerra turca lo largo del cuarto trimestre de 2020…
El "Anadolu" - o "Anatolia" - fue diseñado y está siendo ejecutado a imagen y semejanza del portaviones "Juan Carlos I" y sus secuelas
australianas. De acuerdo al contrato suscrito en su día por "Navantia" y el astillero turco, los españoles han transferido toda la tecnología necesaria y los planos del diseño. Además, desde España se suministra un
sistema de control de plataforma de "Navantia Systems" y cinco generadores diésel de la Fábrica de Motores.
NOTA 1 : Los bancos españoles son los que registraban una mayor exposición a Turquía, con 61.386 millones de dólares (51.994 millones de euros), cifra que representa el
38,4% del total del riesgo contraído por la banca internacional en el país otomano, según los datos del Banco de Pagos Internacional (BIS por su sigla en inglés) correspondientes al primer trimestre de 2020.
De este modo, a pesar de que el valor en dólares de la exposición de la banca española ha caído un 24% desde la crisis de la lira
turca de agosto de 2018, su peso en el conjunto del riesgo de la banca internacional vinculado a la economía de Turquía ha aumentado desde el 36,2% hasta el 38,4% actual.
NOTA 2 : España se
ha convertido en aliado de Alemania en su postura de bloquear en el Consejo de ministros de la Unión Europea la propuesta de toma de sanciones contra la Turquía de Erdogan por sus repetidas violaciones del espacio aéreo y marítimo
de Grecia y Chipre, dos Estados miembros de la UE.
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[1] Navantia es una sociedad pública española dedicada a la construcción naval civil y militar creada en 2005
como resultado de la segregación de los activos militares de la empresa pública "Grupo IZAR".
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*** La Batalla de Lepanto
Documental del glorioso acontecimiento histórico, en el que se describe la situación Europea en los comienzos de 1570, predominada por la expansión del Imperio Turco, la organización de los Estados
Católicos para hacerle frente, la Batalla de Lepanto y la Victoria de la Santa Liga, en un guión de Julio Rodríguez de Castro, documentado, narrado y audioeditado por el autor, con videoedición, realización y diseño
gráfico de Caferbet (CAAVI.ES)
para LaLibrea.com
https://www.youtube.com/watch?v=StPeJLHxv-o